Conservar y almacenar la leche materna
Conservar y almacenar la leche materna de manera adecuada es fundamental para garantizar su seguridad y calidad para el bebé. Aquí te presento algunas técnicas apropiadas:
Lavado de manos y limpieza de utensilios:
Lávate bien las manos con agua y jabón antes de extraer la
leche.
Limpia y esteriliza los recipientes y utensilios que utilizarás para almacenar la leche.
Destinatarios seguros para almacenar:
Utilice recipientes de vidrio o plástico diseñados
específicamente para almacenar leche materna.
Asegúrese de que los recipientes estén limpios, secos y con tapas herméticas.
Etiquetado y fechado:
Etiqueta cada recipiente con la fecha y hora en que fue extraída la leche.
Utiliza la leche más antigua primero (principio de
"primero en entrar, primero en salir").
Cantidad adecuada por envase:
Almacena la leche en porciones pequeñas (alrededor de 60 a 120 ml) para evitar desperdicios.
Si necesita más, utilice varios recipientes.
Refrigeración y congelación:
La leche recién extraída se puede almacenar a temperatura
ambiente durante un máximo de 4 horas.
Para una conservación más prolongada, coloque la leche en el refrigerador a una temperatura de 4°C (39°F) o menos. Puede durar hasta 3 a 5 días en el refrigerador.
Si necesita almacenarla por más tiempo, congélala inmediatamente después de extraerla. En el congelador, puede durar de 6 meses a 1 año.
Descongelación y calentamiento:
Descongela la leche en el refrigerador o sumergiéndola en
agua tibia. No se descongela en el microondas.
Calienta la leche en un recipiente al baño maría (nunca en el microondas) y agita suavemente para distribuir el calor de manera uniforme.
No mezclar leches de diferentes temperaturas:
Evite agregar leche recién extraída a la que ya está
refrigerada o congelada.
Uso seguro:
Revise la apariencia y el olor de la leche antes de alimentar al bebé. Descarte cualquier leche que parezca rancia o tenga un olor desagradable.
Siguiendo estas técnicas, garantizarás que la leche materna esté en óptimas condiciones para el consumo de tu bebé, proporcionándole los nutrientes esenciales necesarios para su crecimiento y desarrollo.